La meditación, muchas veces olvidada.

La meditación, muchas veces olvidada, quizás es de las partes más difíciles de la práctica de Yoga. Por regla general empezamos con la práctica física de asanas y una vez establecida comenzamos a interesarnos por más temas del Yoga, como la respiración o pranayamas y la meditación, el conocimiento.

En mi caso, mi primer contacto con la meditación, en este caso guiada, fue hace muchos años, aún ni practicaba Yoga. Pues bien, este contacto fue a través de buscar técnicas que me ayudasen a superar fobias y episodios de ansiedad, como ya conté en mi anterior entrada sobre meditación https://www.yogakevala.com/index.php/2018/04/30/meditacion-beneficios-internos-meditar/ Pero obviamente no era una meditación enfocada a interiorizar y tomar consciencia de mi Yo. Era más una meditación para ayudar a calmar la mente, que ya es mucho.

Meditar puede ser difícil

Poco a poco mi práctica de Yoga ha ido evolucionando y he ido añadiendo rutinas a ella. Hago a diario una práctica física que varia en función del tiempo que disponga, pero siempre intento todos los días, aunque solo sean 30 minutos practicar un poco. Cultivo mi mente, ahora mucho más, gracias a la Formación de Instructor de Yoga. Todos los días leo, estudio e investigo sobre su filosofía, historia, anatomía. Practico mis ejercicios de respiración varias veces al día, un tema del que pronto escribiré un nuevo artículo.

Sin embargo, sentarme a meditar me costaba mucho, pero mucho. Yo intento no buscar escusas, realmente si lo pienso fríamente, no tengo que estar una hora sentada para meditar. Es un proceso que hay que hacer poco a poco, al igual que cuando empecé a practicar Yoga no podía estar 2 horas de práctica y con el paso de los años si puedo. No puedo pretender estar cómoda en estado meditativo durante 1 hora, cuando no lo ejercito como tendría que hacerlo. Por lo tanto, me propongo tiempos acordes a mi situación, sobre todo para no frustrarme y no encontrar nuevas escusas para no sentarme.

Pero, ¿Por qué?

Realmente creo que hay muchos motivos, pero el principal es que, en esta sociedad tan acelerada, estresada y en la que tenemos que tener cada segundo de nuestro tiempo ocupado, pensamos que estar ahí sentado “sin hacer nada” es perder el tiempo.

Consideramos que quedarnos quietos, es una pérdida de tiempo “con todo lo que yo tengo que hacer”. Pero no somos conscientes de la importancia que tiene parar, respirar y estar. No tienes que dedicarle 1 hora desde el primer día. Con crear el hábito de sentarte todos los días 10 minutos a meditar, es un paso enorme y luego poco a poco tu solo vas a ir aumentando ese tiempo según vayas encontrando la comodidad en ese momento.

No pienses que, desde el primer día, ni el segundo, ni el tercero vas a entrar en un estado meditativo y encontrar el Samadhi, pero si es importante crear ese hábito de sentarte, de tomar consciencia, de que es un momento para ti. Un momento de estar quieto física y mentalmente. Y aquí es el segundo motivo por el que suele costar tanto meditar.

Consideramos que quedarnos quietos es una pérdida de tiempo "con todo lo que tengo que hacer". Pero no somos conscientes de la importancia que tiene parar, respirar y estar.
meditación_yogakevala
Amparo Medianero
Yoga Kevala

La quietud, un gran reto.

Mantener esa quietud es muy complicado pues no estamos acostumbrados. Estamos enseñando a los niños a ocupar todo su tiempo, de hecho, hoy en día muchos niños ni siquiera saben lo que es aburrirse porque les tenemos tan sobre estimulados que no son capaces de parar y aburrirse, para luego poder pensar en que pueden jugar, en desarrollar su imaginación.

Con la evolución tecnológica ni siquiera ahora tenemos momentos de tranquilidad mental, ya que siempre tenemos a nuestro alcance un medio por el que poder seguir en continua agitación mental, con información por todos los canales posibles. Y bueno siendo sinceros, muchos hemos pensado en que usamos demasiado el móvil, la Tablet o la Redes Sociales, pero desconectar hoy en día no siempre es fácil. Parar, de verdad es importante para tu mente.

Es lógico que al principio en la postura de meditación te puedas sentir incómodo, busca la comodidad en la incomodidad. Poco a poco tu cuerpo se va haciendo a estar sentado sin moverte. Mientras, sentirás hormigueos, molestias en algunas zonas, picor en otras. Pero lo más curioso es que si centramos nuestra respiración en esa zona, se acaba pasando. Aparecerá en otra, pero se pasa.

La quietud mental es diferente, hay que trabajarla mucho y no siempre conseguimos parar. Cuando estas sentado en tu meditación, te vienen muchos pensamientos pueden ser buenos, no tan buenos, preocupaciones, ocupaciones. Lo importante es que cuando vienen esos pensamientos no intentemos hacer nada, simplemente los observamos, sin juzgar, sin intentar cambiarlos y nos centramos en el flujo de nuestra respiración. Sin ser consciente de cuando ni como, ese pensamiento se ha ido.

La meditación mi gran aliada

Como he dicho antes, no siempre tengo ganas de sentarme a meditar, quizás remueve más de lo que me gustaría, pero eso simplemente quiere decir que tengo mucho que soltar en mi mente. Aún así estoy creando mi hábito de sentarme a meditar 1 o 2 veces al día. Por la noche antes de irme a dormir, siempre, después dependiendo del día lo hago según me levanto o al medio día.

El caso es que desde que estoy en la formación me siento mucho más en sintonía conmigo misma y siento mucho más esos momentos de estar, por lo que cada vez los agradezco y casi sin darme cuenta los busco. Me generan tranquilidad, calma y me permiten afrontar mi día a día con más fuerza.

Obviamente no siempre entro en estado meditativo, pero el simple hecho de parar, centrarme en mi respiración, en las sensaciones que recorren mi cuerpo y en descubrir lo que de verdad está en mi mente, hace que sienta una tranquilidad inexplicable.

Practiquemos asanas, pranayamas, cultivemos nuestra mente y no dejemos olvidada a la meditación.

 

Namasté.

Deja un comentario

Abrir chat
¿Necesitas ayuda?
Hola
¿En qué podemos ayudarte?